La radiofrecuencia corporal consiste en aplicar energía a través de la piel y depositarla en la zona profunda de la dermis.
Es una innovación dentro del grupo de tratamientos no abrasivos, que no inciden sobre la capa externa de la piel. Se consigue un aumento de temperatura en la dermis que genera una acción directa sobre las fibras de colágeno, que se acortan, y sobre los fibroblastos, células que fabrican dicho colágeno, que se estimulan en una cascada remodeladora de los tejidos.
La aplicación del tratamiento de radiofrecuencia corporal se realiza mediante una pieza de mano de diferentes dimensiones según las zonas a tratar y el tratamiento suele durar entre 30 y 60.
No es necesario guardar reposo en casa y se puede incorporar a la vida diaria inmediatamente, incluso tomar el sol con la crema de protección solar adecuada.
El resultado del tratamiento se puede ver a dos niveles: Un efecto de tensión inicial que se debe al resultado del acortamiento del colágeno ya existente y un segundo efecto, mantenido en el tiempo, que es debido al remodelado de los tejidos.
