Esta técnica consiste en la inyección de la toxina en la zona a tratar.
La toxina botulínica tipo A bloquea la contracción muscular que causa la arruga, relajando las facciones y evitando por tanto el envejecimiento. Es un procedimiento indoloro.
Tras la sesión y a partir del tercer día se comienzan a ver los resultados. Éstos son muy naturales y suelen durar entre 3 y 4 meses. El paciente nota en su aspecto unos efectos rejuvenecedores, las facciones más relajadas y un aspecto más juvenil.
La toxina botulínica tiene su aplicación en el tercio superior de la cara: frente, gabela (entrecejo) y pata de gallo.
Su aplicación se realiza en aproximadamente 30 minutos y el paciente puede incorporarse a su actividad normal de forma inmediata.