Reducir las migrañas y las cefaleas por abuso de medicamentos gracias a la toxina botulínica.
La aplicación de toxina botulínica tipo A permite que se disminuya la puesta en marcha y el mantenimiento de circuitos cerebrales que perpetúan el dolor. No se trata de una solución definitiva pero reduce considerablemente la intensidad en las crisis y mejora la efectividad de otros fármacos utilizados para combatirlas.
Se administra en unos 12 - 30 puntos pericraneales, de modo subcutáneo o intramuscular poco profundo, con una pequeña aguja, alrededor de toda la cabeza (sobre todo en frente, sienes, retroauricular y occipital). Esta administración hay que realizarla cada tres meses aproximadamente, que es el tiempo de duración media del efecto de la toxina, por tanto hay que repetirlo, al menos en 2-3 ocasiones para valorar la eficacia en cada paciente. Si la respuesta es buena, en algunos pacientes el efecto tiende a prolongarse.
No tiene efectos secubdarios
Eliminación migrañas de Carpe Diem Clínicas
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350
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